Tipos de desintegración familiar
Un hogar integrado es el que está compuesto por el padre, la madre e hijos en el cual existe un nivel satisfactorio de comunicación y afecto. Los padres ejercen sobre el niño una influencia afectiva basada en el aprendizaje del amor. La unión del padre y la madre da al niño una base sólida para la formación de su personalidad. La unión familiar da seguridad a sus miembros y es determinante para la adaptación posterior dentro de la sociedad.
La familia queda más unida si sabe establecer los mecanismos de ajuste. Pero si bien es cierto la mayoría de las crisis pueden ser superadas, hay algunas que casi fatalmente terminan en ruptura definitiva sin que nadie sea capaz de impedirlo, crisis que debido a causas muy fuertes ninguno de los dos son capaces de controlar, estas causas pueden ser:
- Hogares de madres solteras
Este es el caso de madres que han sido abandonadas por su compañero de hogar, quien niega la paternidad del niño. Esta situación es más común en jóvenes provenientes también de hogares desintegrados. Se han visto casos en que el niño al nacer es abandonado por la madre en alguna institución.
- Hogares de padres divorciados
El divorcio entre los padres, es para el niño la demostración de un suceso irremediable, el niño puede sentir que es por él que se separan y a la vez se encuentra confuso en cuanto a que posición tomar, reaccionando en algunos casos en una forma agresiva, con reacciones de abandono y hostilidad.
Los trastornos que ocasiona el divorcio en el niño son diferentes de acuerdo a la edad y al estado en que se encuentra cuando éste se produce. El niño mayor reacciona con más comprensión aunque sus actitudes agresivas son más fuertes.
El divorcio funciona como una crisis emocional para el niño en el desarrollo. la pérdida de uno y otro de los padres, precipita angustia, dolor o depresión, que a menudo se exterioriza en actos agresivos y conducta destructiva. En algunos casos el niño adopta actitudes pasivas, también presenta frecuentemente sentimientos de culpabilidad si cree ser la causa de la derrota familiar y tiene reacciones auto punitivas. Las reacciones más usuales son de orden depresivo y van acompañadas de angustia, la que se manifiesta por la tendencia al aislamiento, rechazo al alimento y otras veces terrores y pesadillas nocturnas.
- Hogares inestables
Esta clase de hogares son todos aquellos que por causas como el alcoholismo, prostitución, sus miembros se encuentran en desunión familiar.
La mala relación familiar origina un ambiente artificial en el que la unión llega a ser incompatible y el hogar se deshace progresivamente. El niño percibe perfectamente esta hostilidad que provoca en él un sentimiento de inseguridad. Frente a esta situación, los padres reaccionan con mecanismos de huida; en algunos casos buscan una solución a sus problemas fuera de su hogar y se dedican a aventuras sexuales extraconyugales.
En ocasiones se observa también que el hombre recurre a encerrarse en su trabajo no por placer, sino para evitar las relaciones. Así también puede darse que la mujer, al huir se refugia en el trabajo o en obras de beneficencia y en algunos casos recurre a la religión exagerada, y esto le permite con tranquilidad desentenderse de las dificultades conyugales.
En todas estas situaciones, siempre el perjudicado es el niño, ya que se encuentra en medio de dos personas que se alejan del hogar, dejándolo abandonado, sin cariño ni apoyo.
Los problemas graves de las relaciones familiares, influyen en la formación del carácter del niño. Las riñas entre sus padres, sus gritos, sus groserías, y su intercambio de golpes, no son el modelo ideal para su identificación. Cuando el niño presencia estas disputas, experimenta desprecio y odio hacia uno de los padres o hacia ambos. Este sentimiento hostil corre después el riesgo de transferirse al plano social en todo lo que representaba la sociedad familiar.
El niño es a la vez el medio y la víctima de la compensación buscada. Los padres recurren al niño para resolver sus problemas, bien bajo la forma de actividad patológica, que le impide toda evolución hacia su autonomía, bien bajo la forma de rechazo total. También bajo la de preferencias injustas que encizañan la relación fraterna, con distinciones entre mi hijo y tu hijo o a la inversa, tanto el uno como el otro llegan por mecanismos proyectivos a crearse coartadas conscientes que les permiten rehuir la responsabilidad del desarrollo familiar.
Los padres de familia con el afán de resolver sus problemas, muchas veces utilizan a los niños de manera que, como son sus padres y creen tener derechos sobre él, lo sitúan en medio de muchas situaciones de pleito y discusión, separándolo de uno de los padres, o muchas veces de ambos, sin importar cuál sea la preferencia del niño, lo cual puede ocasionarle graves trastornos emocionales.
- Hogares de padres fallecidos
Se incluyen los hogares en los que falta la madre, el padre, o ambos, por fallecimiento. La pérdida de un ser querido debido a la muerte, ya sea del padre o de la madre, siempre va seguido de diferentes reacciones. Se ha podido comprobar que las reacciones emocionales de cada niño frente al fallecimiento, dependen del nivel de su desarrollo, de la relación con el fallecido, circunstancias de la muerte y de la forma cómo reacciona la familia.
En el lactante y el niño, la muerte de una persona de quien dependen produce alteraciones profundas. El niño en muchos casos puede reaccionar por una sensación de abandono y reflejar un sentimiento de desamparo, en otros casos puede reaccionar con llantos, shocks emocionales, comportamiento regresivo, como bulimia, enuresis, encopresis, masturbación etc.
- La Violencia intrafamiliar
Los conflictos, las tensiones e incluso la violencia dentro de las parejas y las familias son más comunes y más graves de lo que muchos imaginaríamos. Sin embargo, tales conductas abusivas y/o violentas las podemos evitar siempre y cuando asumamos con pleno convencimiento que el respeto, la igualdad y la tolerancia son las condiciones más favorables para la resolución de los problemas dentro del hogar.
La violencia conyugal e intrafamiliar causa mucho dolor en los hogares, en las comunidades y en todo el país. Se expresa desde pequeñas actitudes, bromas, insultos, burlas, golpes, castigos y en muchas ocasiones, llega hasta el homicidio. Estos maltratos injustos, dolorosos, innecesarios y frecuentes que suceden al interior de las parejas y las familias, sin duda, pueden ser evitados.
Comentarios
Publicar un comentario